¿Aún no sabes que regalar esta navidad? ¡Esto puede ayudarte a encontrar el regalo perfecto!
Comienza la época navideña y se empieza a sentir esa preocupación y afán por comprar los regalos para nuestros hijos, papás, suegros, jefes… Aprovechamos el Black Friday, el Cyber Monday y todos los descuentos que salen para poder conseguir ese TV, el XBOX, los tenis de moda… Porque, ¿cómo no darle un regalo? ¿Qué irá a pensar o a decir esa persona?
Alguna vez escuché la siguiente pregunta: Y si esa fuera la última navidad de esa persona a la que piensas darle algo, ¿le darías ese XBOX o los tenis de moda que estabas pensando? Inmediatamente intenté responder a esa pregunta y mi respuesta fue NO. Y es posible que tu respuesta sea similar a la mía…
En otra ocasión, hablamos en casa sobre los regalos y los compromisos. Sentimos que debemos darle algo en retorno a esa persona que el año pasado nos regaló un saco súper lujoso o a el jefe con el que siempre debo ser extra atenta porque “qué dirá… y es mi jefe…” (sí, extra, porque hay cosas que definitivamente no son necesarias); y esto sin mencionar que a veces no se cuenta con el dinero para poder hacerlo.
¿Y saben? El problema no es el regalo. El problema es el tipo de regalo y la intención con que se da. Hoy en día le apostamos en casa a otro tipo de regalos. Hoy en día nuestros regalos son muestras de afecto (que no necesariamente representan la compra de algo material). Hoy en día preferimos regalar abrazos, una invitación a almorzar, cocinar para los otros, salir a tomar un café, escribir un mensaje, regalar una llamada, salir a caminar y charlar mientras lo hacemos, sentarnos a ver pelis y comer crispetas o palomitas de maíz hechas en casa, viajar juntos, aprovechar nuestras habilidades manuales y hacer algo para ese alguien (lindo también si estás reutilizando los materiales)… Esos son los regalos que no se olvidan, esos son los regalos que valen la pena, los regalos invisibles, los regalos del corazón.
Por eso, la invitación hoy es para que hagamos de esta navidad (y las que siguen), navidades llenas de momentos compartidos y no solo de regalos materiales. Que la competencia no sea por quién dio el regalo más costoso o más grande, sino porque el que se manifiesta de manera sincera y con amor, de la manera en la que esa persona puede o cree debe hacerlo. Y si quiere regalar un objeto, ¡hágalo! Lo importante es que sea consciente que lo hace por amor y sin apelar al compromiso (y ojalá, que sea algo que no sea destructivo para nuestro planeta tierra).
Por una época navideña moderada en consumismo, próspera en valores y rodeada de nuestros seres queridos y maravillosas experiencias.
Recuerda que, a la final, EL REGALO ERES TÚ.
¡FELIZ NAVIDAD!
Y recuerda, si vas a regalar algo, recicla y reutiliza. Hay muchos arbolitos que terminan en la caneca de la basura.
Que hermoso escrito sobre los regalos. Es una oportuna invitación a superar la superficialidad y entrar en el mundo con lo que realmente vale en la humanidad: el amor. Entonces, concentrémonos en HACER REGALOS DEL ALMA PARA EL ALMA.