Hábitos, un Estilo de Vida Saludable
Un estilo de vida saludable es ante todo un hábito, es una elección de cómo quieres vivir. La mayoría de las elecciones que tomas a diario en tu vida se pueden sentir como un producto de un proceso de decisión bien considerado, estructurado y consciente. Pero no lo son, son en realidad hábitos. El Filósofo y Psicólogo Estadounidense William James lo expresó muy bien en 1892:
Toda nuestra vida, en tanto tiene forma definida, no es más que una masa de hábitos.
–William James
Y sí, nuestra vida está defina por nuestros hábitos. Si tu elección, por ejemplo, es habitualmente comer hamburguesa, papas a la francesa y coca cola con mucha regularidad, y adicionalmente rechazas los vegetales, vas a encontrar, dependiendo de tu edad, que tu salud probablemente se deteriorará a medida que pasa el tiempo. Puede ser que el deterioro de tu salud se demore, pero eventualmente llegará. Si adicionalmente, pasas mucho tiempo viendo televisión sentado o acostado, el sedentarismo te traerá nuevos problemas de salud o tal vez acentuará más los que ya puedas tener.
Por el contrario, si te preocupas por comer comida muy nutritiva y variada, incluyendo algunos gustitos de vez en cuando, te ejercitas físicamente con regularidad y le pones retos constantemente a tu cerebro aprendiendo cosas nuevas, muy probablemente encontrarás que gozas de muy buena salud sin importar la edad en la que te encuentres. Ojo, esos gustitos que muchos llaman “pecados”, nosotros sencillamente consideramos que son algo que también podemos comer pero de manera moderada y que evitando que sean frecuentemente.
Tener hábitos positivos, es poseer ya un estilo de vida saludable.
Como ves, grupos de hábitos diferentes, definen estilos de vida diferentes y nos hacen lo que somos. Sin embargo parece haber una dificultad evidente en todos nosotros, en mayor o menor medida, para tener hábitos positivos en nuestras vidas. Parece ser más fácil tener hábitos no tan positivos.
Muchos de nosotros notamos esta falta de buenos hábitos y decidimos con mucho entusiasmo incorporarlos de manera inmediata a nuestra vida. Es muy probable que unos días después notemos que nuestros nuevos hábitos son difíciles de llevar. Empezamos a sentir una carga que pesa cada vez más y con mucha seguridad unos días más adelante renunciamos a estos nuevos hábitos que con tanta pasión habíamos decidido adoptar.
¿Qué sucede entonces? ¿Por qué actuamos de esta manera frente a la adopción de nuevos hábitos? ¿Cómo podemos adquirir rápidamente nuevos hábitos positivos? Es probable que estemos haciendo cambios muy grandes demasiado rápido y en consecuencia algo en nuestro interior rechaza el cambio abrupto. En realidad puede haber una gran cantidad de respuestas a estas preguntas, pero en esencia, la respuesta se encuentra en la forma en cómo los hábitos funcionan y en el proceso que usamos para adquirir nuevos.
Si queremos adquirir nuevos hábitos, entender cómo funcionan mejora enormemente la probabilidad de que los hábitos se mantenga por un periodo muy prolongado de tiempo en nuestras vidas, y como todo en la vida, una vez adquirido el primero los siguientes se vuelven cada vez más fáciles de adoptar.