AZÚCAR: La Amarga Verdad
Desde muy pequeña, crecí en un hogar en donde “los postrecitos” hacían parte de nuestro diario vivir. De manera inocente -y aclaro- con todo el amor del mundo, mis papás y abuela me premiaban con dulces y daban postres después de haber terminado de comer todo lo que estaba en el plato. Los helados y el chocolate: mi debilidad número uno. Quienes me conocen saben que soy la reina del chocolate y que siempre tendré un chocolatito cerca “en caso de emergencia”.
Debido a muchos cambios en mi vida y de conocer a Juan, noté que mientras él podía vivir sin postres, yo consumía demasiado azúcar. Fue así como empecé a ser consciente de este hábito y decidí ponerle más atención a lo que estaba comprando. Encontré que el azúcar no solamente provenía de los deliciosos postres que me comía, sino también de productos que nosotros jamás creeríamos contienen azúcar. Lee también: ¿Cómo aprender a leer etiquetas?
Sí, hablo de cualquier producto procesado que inclusive cuando en el empaque dice “no azúcar”, en realidad sigue teniéndolo.
¿Por qué? Porque el azúcar tiene muchos más nombres de los que creemos, muchos más. Lee también: Los otros nombres que recibe el azúcar.
Lo triste de esto es que las marcas muchas veces no lo nombran, pero el daño es real.
Mi intención con esta publicación no es asustarte o decir que dejes de consumir las cosas que te gustan, sino que aprendas a ser más consciente sobre lo que consumes y a moderar el azúcar en tu vida.
¿Por qué? Porque definitivamente un alto consumo de azúcar no es lo mejor para nuestra salud.
Estudios como los que ha realizado el Doctor Robert Lusting, endocrinólogo de la Universidad de California, San Francisco en Estados Unidos durante los últimos años, y quién ha publicado varios artículos y libros, e inclusive presentado conferencias como “Sugar: The Bitter Truth” (Azúcar: La amarga verdad), la cual fue viral en YouTube en el 2009; demuestran claramente cómo el consumo excesivo de azúcar juega un rol esencial en diferentes tipos de cáncer, obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y problemas del corazón o cardiovasculares.
Hoy en día existe tanta información, que en muchas ocasiones no validamos lo que leemos ni sabemos si las fuentes son reales y confiables. Este es, uno de los millones de casos que vemos a diario en diferentes industrias, sobretodo en el tema de los alimentos. Ludwing menciona dentro de su charla una de las conclusiones que salieron de un estudio realizado por Richard Adamson, quién en marzo de 2003 afirma que “no existe asociación entre el consumo de azúcar y la obesidad”. Lo que nosotros no sabíamos, es que el prestigioso científico trabajaba para la Asociación Nacional de Refrescos en Estados Unidos. Afirmación que aparte de provenir de un estudio financiado por las mismas personas que ganan dinero cada vez que alguien compra un refresco y que evidentemente pierde validez. Ludwing con el propósito de exponer lo anterior, enseña al público un estudio realizado por él, en el cual prueba que cada bebida refrescante azucarada durante un periodo total de nueve meses, incrementaría el índice de masa corporal (IMC o BIM) de una persona en aproximadamente un 0.24kg/m2. Esto hablando solamente a “corto plazo”. Ya podrás imaginar los resultados a largo plazo.
En América Latina hablamos de “los gringos”, la comida en Estados unidos y su obesidad. Pero la realidad es que eso no solamente está sucediendo allá ni en el Reino Unido o en Australia. La obesidad, se ha incrementados en Canadá, Japón, Corea, India, Tailandia y todos los demás países en desarrollo. De acuerdo con la última estimación por parte de la Organización Mundial de la Salud:
- La obesidad en todo el mundo se ha más que duplicado desde 1980.
- En el 2014, más de 1.900 millones de adultos mayores de 18 años tenían sobrepeso y 600 millones de ellos eran obesos.
- 39 % de los adultos mayores de 18 años tenían sobrepeso en 2014, y el 13% eran obesos.
- La mayor parte de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad mata a más personas que el bajo peso.
- 42 millones de niños menores de 5 años eran obesos o con sobrepeso en 2013.
¿Por qué pasa esto? Porque las empresas buscan mayor rentabilidad, necesitan que sus productos se compren más veces y que sea cada vez más económico producirlos. Para ello, alteran los alimentos que suministran. Siendo más exactos, lo que usualmente hacen con los alimentos es:
- Adicionarles fructosa para darles un sabor agradable y color.
- Remover la fibra para que se prolongue su vida útil y/o pueda ser congelado.
- Adicionar grasas trans.
Este tema tiene tanto de ancho como de largo, pero poco a poco iremos compartiendo contigo información real sobre lo que hoy en día está pasando para que estés informado, tomes decisiones a nivel personal y ayudes a prevenir la obesidad y otras enfermedades relacionadas con el exceso de azúcar en el organismo.
El propósito de este escrito no es asustarte, sino invitarte, así como venimos haciéndolo nosotros, a buscar soluciones más saludables que te ayuden a prevenir futuros problemas de salud.
¿Qué opinas sobre esto? Échale una mirada a este video y compártenos tu opinión.